
Deepfakes como una nueva forma de violencia de género
Los deepfakes se han convertido en una forma de violencia de género. Estas herramientas, basadas en inteligencia artificial, permiten la creación de contenido audiovisual manipulado que altera de manera realista la imagen o la voz de una persona. Aunque inicialmente surgieron como innovaciones tecnológicas, se han convertido en un grave problema que vulnera los derechos de las mujeres, ya que se utilizan, sobre todo, para crear material pornográfico no consensuado y para difundir representaciones falsas que humillan, difaman o controlan a las víctimas. En este artículo se analiza cómo los deepfakes pueden destruir la privacidad de las mujeres, suplantar su identidad y ser utilizados como herramientas de extorsión o desprestigio, afectando gravemente su integridad y derechos fundamentales. También se examinan los vacíos legales existentes en México, ya que la legislación actual, como la Ley Olimpia, no aborda de manera específica los desafíos que presentan los deepfakes, dejando a las mujeres desprotegidas frente a una forma emergente de ciberviolencia que combina avances tecnológicos con intenciones misóginas.